J. GÉRVAS, OMC Informa, Agosto 2004.
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El dilema clínico al que nos enfrentamos los médicos en cada decisión, la elección de la mejor alternativa -incluso el no hacer nada- puede llevar a una respuesta irracional, por mal empleo de los recursos. La irracionalidad se mueve entre dos extremos, la romántica (todo para el paciente) y la técnica (todo para la sociedad). En la práctica, el dilema entre ambos extremos se resuelve con arte y ciencia, y los médicos nos adaptamos a la idiosincrasia del caso clínico y a la disponibilidad de recursos. El resultado final de la actuación correctaes el uso juicioso de los recursos sanitarios.